martes, 25 de mayo de 2010

Vaya días que llevo últimamente, tengo una papada enorme por culpa de una mierda "faringitis" que supuestamente me ha salido, y lo pongo entre comillas porque ni si quiera sé que es, aunque lo relaciono con eso. El trabajo de historia está recién entregado y medio orgullosa de mi misma de haberme quitado ese gran peso de encima. Hay algo que me corre por la mente, un pensamiento un poco... enfin, no quiero pensarlo. Tengo que estudiarme dos temas de historia para el Jueves y no tengo ganas de ponerme ahora mismo, me siento cansada y echa polvo. Cosas de la "faringitis". Sinceramente, me da igual aprobarlo o suspenderlo, claro que me alegraré si lo apruebo, pero tampoco ocasionará un desastre en mi vida si suspendo este exámen, voy bien con todo, así que un suspenso no hará que varie la cosa. Tengo ganas de verte, enfin, a esperar a mañana. Empiezo a estudiar.

domingo, 9 de mayo de 2010


Había veces que pensaba y pensaba y aunque llegase a quedarme todo un día pensando no podía llegar a comprender porque sentía eso dentro, porque había tanto fuego y tanto hielo cuando pensaba en él. Lo veía tan lejos y a la vez tan cerca, me contradecía y aunque no quisiera que se enterara la demás gente yo quería seguir, quería seguir porque me daba igual si lo pasaba mal, si me derrumbaba al final o si me hundía en la mierda.

Ahora sí que se cuando le vuelvo a echar de menos y es cada vez que veo que no esta. Cada vez que por mucho que busque no soy capaz de darle al botón verde del móbil o al querido "enviar".
Tirito de ver que hay tanto amor en un sitio donde ninguno de los dos sabe que hay...
Me estremezco y pienso en lo bien que podría irme la vida y en lo complicada que hago que sea. El blu blu blu de mi cabeza no se va, ni los lloros, ni los enfados, ni las risas, ni las rayadas, nada. Todo sigue ahí, como si lo hubieran incrustado con un martillo o algo por el estilo.
No es que me sienta perdida, nada de eso, solo que me gustaría que todo volviera a ser como era antes de que pasara nada o después de que pasara algo, sin pasar por esta etapa de mierda que solo hace que me raye la cabeza.

jueves, 8 de abril de 2010


No sabía cuanto tiempo iba a pasar hasta que le volviera a echar de menos. Copenhage se divisaba ya a lo lejos. Después de dejar Berlín y de estar unos tres días durmiendo en hostales baratos mis ganas de llegar eran enormes.

Los paisajes eran preciosos, me motivaban y hacían que cada vez tuviera mas ganas de pegarme a todo lo que estaba viviendo, a esa gran experiencia que recordaría el resto de mi vida.

Love of Lesbian sonaba en mi Ipod, me dejaba llevar, por el viento, por la música, por su espalda que se arqueaba a medida que veíamos aparecer algo nuevo por delante.

Cerré los ojos, me apoyé en su espalda, le abrazé más fuerte todavía y me dormí.

lunes, 5 de abril de 2010


Seguimos montados en nuestras vespas recorriendo la ciudad. Todo era fantástico, el aire que me daba en la cara, mis brazos pegados a su cintura, mis huesos sintiendo el frío y la humedad, mis labios rotos, mi nariz congestionada, mi pelo que iba al compás del viento, mis ojos entrecerrados... todo, no había nada que pudiera romper ese segundo para mi perfecto. De tan en cuanto iba soltando alguna sonrisa para mí.

No sabía que estaba haciendo él, tampoco me paré a pensarlo, estaba tan feliç que seguramente le contagiaria.

Las luces de la ciudad cada vez brillaban más, mis cinco sentidos se posaron en cada edificio, cada casa, cada fuente, cada carretera, cada coche, moto incluso en cada charco de agua. Todo brillaba a mi alrededor.

Recordé el día anterior, nosotros en la playa, mis pies sintiendo el calor de la arena y muchas veces rozando el agua fría de primavera. Sus brazos rodeandome, sus labios buscandome, sus ojos siguiendome.

jueves, 4 de febrero de 2010


Me lo he creído todo, he sido una puta gilipollas, me lo creí hasta lo más profundo que hasta pensé que podía ser verdad, que tonta, ¿desde cuándo, Isa? ¿desde cuándo? No sirves para esto, no sirves y no lo servirás nunca.

Me siento vacía, quiero tener algo a que agarrarme pero es que no encuentro nada, no te encuentro a tí, ni a ella, ni a él.. ya no sé que pensar, voy de circulo en circulo, caminando en espiral, mareandome, vomitando mierda y sin parar de andar. Algunas veces corro, pero ¿y de que me sirve? ah, si, de que el vómito llegué mas rápido.

Ya no busco, mi mapa se ha partido en dos y tu sonrisa cada vez se deteriora más.

viernes, 22 de enero de 2010



La playa en la que posamos nuestros pies era de arena blanca, tan fina como el algodón. Soplaba una brisa suave, que entraba por cada agujero de mis vaqueros y movía cada mechón de mi larga melena. Inspiraba. Expiraba. “Cuanta tranquilidad” pensé. Noel estaba a mi lado, su camiseta larga ondeaba al compás de mi cabello. Se podían divisar las Vespas rojas un poco más allá, en la carretera. Me quité las victorias azules y sentí todo el tacto de esa arena en mis pies fríos. Estaba caliente. Para ser Marzo y estar por las costas de Normandoía era raro. Desvié mi miraba hacía Noel, él también me miraba. Sus ojos verdes traspasaban cualquier barrera que tuviera mi corazón. Me desplumaban. Ahora aún más que a causa del Sol brillaban con intensidad. Me acerqué a el y le susurré :


- Me encanta este lugar.


- Es lo que querías ¿no? Una playa desierta de arena blanca.


- Te quiero.


Le besé. Todo lo que pudiera ocurrir en aquel momento era insignificante, todos mis sentidos, los cinco, se posaban en esos labios. Oía el ruido de las olas romper contra las rocas de más allá y notaba los picotazos que me daba la arena a causa del viento, que la movía.


Me separé de él. Su pelo, negro azabache, relucía.

sábado, 16 de enero de 2010



A veces el solía contemplarla, lo pillaba desprevenido mirándola, dejando detrás de sí un largo camino de melancolía y de tristeza. Sus ojos observaban cada detalle de su cuerpo, cada pequeño lunar que podía observar, a veces incluso parecía que miraba a través de su ropa, de su piel, de su corazón. La dejaba desnuda frente a toda la otra gente con la mirada. A ella le gustaba, se sentía complacida y bien. Ella no quería verle, no quería mantener conversación alguna con el, pero que el la mirara y le hablara, le encantaba, la dejaba descompuesta, como si de un ácido se tratara. Pensaba en todo lo bueno, en todo el circuito de esos ojos marrones por su cuerpo, en su coche teledirigido por la mirada, en el mando que el controlaba cuando y donde le diera la gana. El se sentía atrapado por ese perfume, como si fuera una cuerda que le ataba a ella.


- ¿y no le dijiste nunca que ella le quería?


- ¿y destrozar toda esa magia? Era bonito, ella se sentía bien, él también. Nunca habían dejado escapar nada, y parecía que el destino les brindaba una y otra oportunidad.


- Ojalá me pasara eso a mi, es tan perfecto.


- Ellos terminaron mal, su perfección no supo pasar esa barrera, ellos impidieron que pasara.


- Ellos se querían, imposible que lo impidieran.


- Sin darse cuenta la gente hace muchas cosas. Se querían tanto que se perdieron el uno al otro.

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