No sé si realmente mis alternativas estan tan cerca como lo había supuesto toda mi vida, no creo que tampoco pueda llegar a ellas con tanta facilidad como lo hace la gente que tiene esa indiscutible habilidad de llegar a las cosas importantes, antes de que ellas llegen a nosotros. Son pequeñas, las cosas que nos importan, pero a la vez son tan grandes que con solo conseguirlas llenariamos todo nuestro pecho y conseguiriamos calmar toda esa ansiedad que nos come minuto a minuto.

Los ataques de rabia, no son, nada menos que un paso para llegar a nuestra felicidad. La cólera, las ganas de llorar, todas esas cosas que nos parecen negativas podrian llegar a significar el paso anterior para conseguir lo que realmente esperamos cada uno de nosotros, la alegría.

Yo no soy nadie para discutir lo que tu piensas, pero si que soy alguien que podría decirte que alomejor, si solo te pararas a pensar en lo que realmente sientes y piensas, te darías cuenta de que eres muy diferente que a toda la gente que te envuelve, simplemente porque lo que realmente queremos, está en lo que realmente pensamos y sentimos y eso, por miedo, está encerrado, tan encerrado que no nos dejan ver las millor de alternativas que podemos tener. Nos las privan, nos encierran en una cárcel llamada cerebro, donde esté nos controla cada paso, cada letra, cada sílaba, cada palabra, cada frase.

No voy a dejar que nadie me controle, porque ahora es mi turno, y mis alternativas estan por llegar.

Querida Alicia,

Hace unos días volví a la Normandía, todo sigue exactamente igual desde que los dos la dejamos. La hierba de los inmensos prados aún brilla y muchísimas vacas pasturan por donde tú y yo jugábamos al escondite. Volví a pasear por la arena que envuelve el Mont Saint Michel, creí que veía tus pasos y los míos aún ahí, estancados en el tiempo.

Volví a casa, seguía todo igual, el pequeño salón con su chimenea y encima de ella, nuestra foto. Mi habitación llena de cuadros de ti, sigue ahí y no sé como pero al ver tu cuerpo junto a tu alma plasmados en ese trozo de tela, me entró la inspiración y ya ves, en poco recibirás otro. Otro de los tantos que debes tirar cada año.

Aún se percibe ese olor característico de esa casa, el que impregnabas tú por cada rincón de los que ibas. En poco tiempo, he comprendido lo que importa y lo que no.

Tu partida hizo que te entendiera mejor y que supiera entenderme. No te doy las gracias aún así, porque ha pasado mucho tiempo y ya lo tendría que haber echo. Tampoco te voy a decir que te echo de menos, porque es eso lo que quieres oír, y yo no seré esa persona la que te lo diga, ni un te quiero ni nada.

¿Entiendes tú el amor? Queda muy lejos de todos nosotros, ya.

Pero aún así, alguna vez, aunque fuera solo una, me gustaría volver a recordar, a tumbarnos en la hierba y a pensar, los dos juntos, pero sin hablar, como si fuéramos fantasmas. Sin mentiras, ni evidencias. Tu, yo y las dos máscaras, como antes. Como siempre.

¿Y el miedo?

Olvidado

¿Y los nervios?

Guardados

¿Dónde iremos con todo eso?

A que nos jodan la vida, a que no podamos avanzar, a que no podamos vivir.

¿Realmente quiero seguir así?

No.

Sinceramente NO.

(intentando avanzar..)

Vamos a crear algo nuevo, algo que nos haga llorar, reír, temblar. Algo que nos guste tanto que cuando lo tengamos que dejar nos sentamos vacíos.

Vamos a vivir la vida, a vivirla de verdad, a no tener miedo, a no escondernos, a tener coraje, valor y todo sin tonterias. Vamos a ir a por lo nuestro, lo que nadie nos puede quitar, lo que nunca dejaré olvidado, ni tu tampoco.

Vamos a sonreír hasta que nos duelan las comisuras de los labios. Quiero sentir.

Quiero tener ese cosquilleo en la barriga que haces que tenga cada vez que te vea, quiero poderte verte y verme a la vez, hablarte y escucharme, oirte y colgarme de tu voz.

Vamos a crear algo para dos, sin que nadie ni nada se pueda meter, algo en que nos vaya la vida. Algo en lo que tengamos nervios y miedo para superarlos.

Caminar, correr, saltar ¿Que mas da?

Porque, ¿sabes cual es la mejor parte de todo esto?

Que estaré contigo.

Ahí es cuando pienso en tí y no puedo verte, no puedo tocarte, sentirte, oírte, quererte..

Donde todo se cruza, dónde se gana o donde se pierde.

Cuando tengo ganas de tí.

Verte, moverme, acercarte, callarme, decirte que sin ti no puedo.

Ser alguien y querer que tú seas también.

Tú eres mi interior y yo soy la epidermis, la piel que te cubre, que te aguarda, que te protege.

Acaricia esa piel, quierela como si fuera la de una serpiente.

La única célula, eres tú. La progenitora, eres tú.

Vuelve y deja que vuelva contigo, sólo así, podremos ser uno.

Los labios me tiemblan, tengo frío. Cada vez están mas arrugados, ven a curarlos. Tú eres el único que sabe hacerlo. Cada vez se vuelven más púrpuras.

¿y tú? tú hablas de tener una relación? de querer a alguien? no me lo creo.

¿Sabes? Me creería antes a un perro que habla que a tí. Sinceramente, me doy asco por quererte, por desearte y no tenerte. Por verte y que me tiemblen las piernas. Oh joder, ¿Cuándo pararas este puto juego?

No te necesito. No te echo de menos. No te quiero ver. No te...

ahí termina.

¿Así? No, claro, tú eres incapaz de decir algo. Tu corazón está podrido, pronto el moho te saldrá por la boca.

Yo creía que cuando hablabas, hablabas por los dos. Por todo lo que nos quedaba por delante. Por todas las sonrisas, las caricias, los besos que nos faltaban por dar. Por todo lo que un día llegué a sentir(que según tú, era igual). Por, simplemente, todas las veces que estaría a tu lado.

Me has demostrado que no vales la pena. Que prefiero tener a cualquiera antes que a ti.

Gracias.

Ella caminaba sola, su único camino era la aveces discontínua línea blanca de la carretera, no tenía frío y tampoco calor, estaba bien. Se notaba que lo había dejado todo atrás, que era libre. Pensó en todo lo que había echo hasta ahora, todos los problemas que había causado, todas las risas que la habían echo que le doliera la barriga al terminar, todas las lagrimas que le habían impedido hablar, solo tartamudear, todos los enfados con tanta gente que solo habían sido pequeñas barreras por pequeños momentos. Todos los "perdón", "gracias", "te quiero"(este mucho menos dicho) que habían salido de su boca. No se arrepentía de ninguno de ellos, pero tampoco se alegraba al recordarlos. La brisa, suave y tranquila de una mañana era la única acompañante para ella. Quería muchas mas mañanas así, le recordaban a cuando ella podía ser ella, sin que nadie la juzgara, sin que nadie se metiera por enmedio. A partir de ahora, ella sería quien quería ser, elegiría su vida, su camino, aunque fuera la línea de la carretera y no la llevara a ninguna parte, cometería sus errores pero también los solucionaría. Reíria a mas no poder y lloraría seguido de esto.

A medida que iba planeando, levantó la cabeza, cerró los ojos y empezó a caminar, a esperar que alguien la cojiera de la mano y a entrar en otra vida.

Hoy me voy a comer el mundo.

Ya no tengo nada que perder, ahora voy a ir a por todas, me da igual lo que pienses tú y lo que piense ella, sinceramente, me importa una mierda cariño. Yo no estoy echa para esperar, te lo dije y no me quisiste hacer caso, te lo demostraré. Yo no voy rompiendo corazones y de verdad que me gustaría romper el tuyo, solo para que sintieras ese dolor que te come día sí y día también. No tengo nada en contra tuya, lo sabes, pero mi paciencia tiene un punto y tu ya la has sobrepasado. Nunca mas va a salir un "perdón" de mi boca y nunca más voy a llorar por ti, así que si quieres algo no esperes mis lagrimas porque no te las daré. Gracias por hacerme fuerte, eso te lo debo.

-Demasiado guapa para tu propio bien, por eso destruyes todo lo que tocas.
-...

Puta, hasta los cojones.

Sonrie ahora si piensas que has ganado, imbécil.

Era ese tipo de persona que se pasa su vida haciendo cosas que detesta, para conseguir dinero que no necesita, para comprar cosas que no quiere, para impresionar a gente que detesta. Ese tipo de personas que parecían fuertes, pero que no lo eran, ese tipo de personas que daba asco mirarlas simplemente porque su mirada estaba cargada de superioridad por creerse mejor que mucha gente de su alrededor. A veces me daba pena, pero no por ella, si no por toda la rabia que llegaba a acumular en un simple día con solo criticar gente o ser amable delante de sus narices.